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Ser guerrillero en Colombia, el error y la estupidez más grande que se puede cometer.

Actualizado: hace 7 días


La juventud Colombiana, especialmente aquella que reside en zonas rurales de los departamentos de Norte de Santander, Cauca, Nariño, Arauca, Caquetá, Choco entre otros afectados históricamente por el conflicto, no debería siquiera llegar a hacer parte de las narcoguerrillas por varias razones fundamentales que afectan su presente y futuro, así como el de la sociedad en general.
 

Riesgos Personales Inmediatos:

  • Peligro de muerte o lesiones graves de por vida: La vida en la guerrilla implica estar constantemente expuesto a enfrentamientos armados con otros grupos criminales o con la fuerza pública, caer en emboscadas, minas antipersona y otros peligros que pueden resultar en la muerte o dejar secuelas físicas y psicológicas permanentes. Estos peligros a los que se expone un guerrillero solo le ofrecen tres cosas: La cárcel, el hospital o el cementerio.
  • Violencia y brutalidad: El guerrillero puede ser testigo o víctima de actos de violencia extrema, tortura, secuestro y otros crímenes que dejan profundas cicatrices emocionales. Si un guerrillero comete una falta, que para un comandante es grave, este último podría mandarlo fusilar, o a su familia. Pero el guerrillero también es victimario, y unos de los muchos delitos que cometen haciendo parte de esos grupos armados son la extorsión, secuestro, hurto, homicidios, entre otros, y dirigidos casi siempre a personas que no tienen nada que ver con el conflicto.
  • Pérdida de la libertad: Unirse a la guerrilla significa renunciar a la libertad de movimiento, de tomar decisiones sobre la propia vida, y estar sometido a la disciplina y las órdenes de los líderes de estos grupos criminales. Un guerrillero siempre con la culpa, no se siente seguro cuando se desplaza, sabe que el delito lo persigue y tiene que vivir huyendo de la justicia.
  • Abuso y explotación:  La Fiscalía General de la Nación reportó 2.340 casos de reclutamiento forzado infantil entre 2020 y 2024, cifra que demuestra que estos representan un gran pie de fuerza para estos grupos. Los jóvenes, especialmente los reclutados a la fuerza o los menores de edad, son vulnerables a ser explotados para realizar tareas peligrosas, ser utilizados como carne de cañón, ya que los jefes los colocan como su escudo ante ofensivas de la fuerza pública. La gran mayoría de los muertos en desarrollo de operaciones militares son jóvenes que no superan los 25 años de edad, los cuales, engañados por una causa que no existe, caen en combate mientras los jefes o altos mandos disfrutan el dinero producto del narcotráfico. 
  • Aislamiento y desarraigo: La vida en la guerrilla implica separarse de la familia, los amigos y la comunidad, lo que genera un profundo sentimiento de soledad y desarraigo. Para los jóvenes, cuando ingresan a la guerrilla, la vida no les vuelve a ser la misma, estos quedan bajo el mando y la zozobra que genera la vida criminal, tanto que deben separarse muchas veces y perder contacto con su familia, para no exponerla al riesgo que genera su vida criminal, pues la familia podría ser víctima de otro grupo armado o de un jefe suyo cuando este comerte una falta.

Consecuencias a Largo Plazo:

  • Trauma psicológico: La exposición a la violencia, la pérdida de seres queridos y la participación en actos violentos criminales pueden generar en el guerrillero graves problemas de salud mental como estrés postraumático, depresión, ansiedad y dificultades para establecer relaciones saludables. También existe el riesgo de que la persona nunca cambie su forma delictiva de pensar, que pasen los años, envejezca y este quiera seguir siendo un criminal.
  • Falta de oportunidades: La vida en la guerrilla impide el acceso a la educación, la formación profesional y el desarrollo de habilidades que permitan construir un futuro digno y productivo. Un guerrillero, al tomar las armas, no ve las oportunidades que le brinda la vida, sino más bien se encierra en un círculo vicioso en donde este cree que no hay otra forma de trabajar dignamente que a la de ser un guerrillero.
  • Estigmatización social: Los guerrilleros a menudo enfrentan el estigma y la discriminación por parte de la sociedad, lo que dificulta su reintegración y la búsqueda de empleo. Debido a la historia delictiva de las guerrillas narcoterroristas en Colombia, sus integrantes no generan confianza en la sociedad, sino al contrario los guerrilleros son fuertemente criticados y recriminados tanto así que hay gente que llega a pensar que la mejor solución al conflicto es una fuerte intervención militar por parte del estado, para eliminar completamente estas estructuras, antes que una negociación.
  • Problemas legales: La participación en grupos armados ilegales es un delito que puede acarrear graves consecuencias legales, incluyendo largas penas de prisión. Son múltiples los delitos los que puede enfrentar un guerrillero, entre los más imputados, son: homicidio, secuestro, desaparición forzada, tortura, desaparición forzada, porte ilegal de armas, concierto para delinquir, entre otros. 
  • Dificultad para la reintegración: Dejar la guerrilla y adaptarse a la vida civil puede ser un proceso difícil y complejo, que requiere apoyo psicológico, social y económico. El estado colombiano, por su parte, ofrece múltiples beneficios o los desmovilizados o sometidos a la justicia con el fin de lograr que estos se reintegren a la vida social. 


    Impacto en la Sociedad:


  • Las disidencias de las FARC nacieron después de las firmas del acuerdo de paz firmados en 2016, estos grupos no hicieron parte de las negociaciones.
    Las disidencias de las FARC nacieron después de las firmas del acuerdo de paz firmados en 2016, estos grupos no hicieron parte de las negociaciones.
    Prolongación del conflicto: La incorporación de jóvenes a las guerrillas alimenta el ciclo de violencia y dificulta la búsqueda de una solución pacífica al conflicto armado. La mayoría de estos jóvenes se van engañados por falsas promesas de los jefes guerrilleros.  
  • Violaciones de derechos humanos: Las guerrillas o narcoguerrillas son responsables de graves violaciones de los derechos humanos, incluyendo asesinatos, secuestros, reclutamiento forzado y desplazamiento.
  • Obstaculización del desarrollo: La presencia de grupos armados ilegales genera inseguridad, dificulta la inversión y el desarrollo económico, y afecta la calidad de vida de la población. Si bien es de reconocer, que hay zonas del país donde el estado no llega con toda su institucionalidad, los grupos armados se aprovechan de ello para mantener control sobre esos territorios, los obliga a depender de economías ilícitas e impiden cualquier inversión externa para ayudar al desarrollo de su población.  

    En lugar de unirse a la guerrilla, los jóvenes habitantes de aquellas zonas azotadas históricamente por el conflicto en Colombia tienen la oportunidad de construir un futuro mejor a través de la educación, el trabajo, la participación cívica y el compromiso con la construcción de una sociedad justa y en paz. De esto también son responsables los padres, quienes deben brindar una excelente educación a sus hijos; la persona que estudia tiende a ver más oportunidades de desarrollo personal y se aleja de las armas. Si bien en Colombia hay desigualdad social, las armas no son la solución, más bien la empeoran y los más afectados siguen siendo la gente pobre, familiares de guerrilleros y soldados.
 
 
 

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